Vivir el ballet en tiempos de cuarentena*

Vivir el ballet en tiempos de cuarentena*

Por Viqui Oceania

Con la actividad escénica completamente paralizada en el contexto que está atravesando gran parte del mundo, las plataformas virtuales se han visto mucho más llamadas a la acción. Respondiendo a esto y para mantener el vínculo vigente con el público, de alguna manera, el Teatro Colón imitando a otros escenarios paradigmáticos, decidió comenzar a emitir virtualmente distintas obras que tuvieron la dicha de ejecutarse en ese coliseo.

Tal es el caso del Ballet La Bella Durmiente del Bosque, compuesto por Petipá y con música de Tchaikovsky. La reposición en este caso, es decir, la nueva puesta en escena de este clásico, fue hecha con coreografía de Mario Galizzi, bajo la dirección de Paloma Herrera. Los primeros bailarines en llevar adelante esta historia son Nadia Muzyka y Juan Pablo Ledo.

Para ser honesta darle clic al link que reproduce el ballet y ver que dura poco más de 2:40hs no es muy alentador. Sí lo es, ver las miles de visualizaciones y comentarios de personas que desde distintos puntos geográficos agradecen por esta posibilidad de disfrute digital. El ballet en Facebook tiene 181 mil reproducciones. No me quiero dejar engañar, en esta red social, la reproducción de los videos es automática. Me fijo en YouTube para corroborar cuánta gente voluntariamente fue a ver esta obra y ahí está: 118.080 vistas. Está bien, ahora suman una más, la mía.

El primero en aparecer en escena es el director de Orquesta, quien tras los aplausos y reverencias pertinentes pone a girar la batuta en el aire para que los músicos liberen los primeros acordes y luego entonces se abre el telón.

La historia es la ya conocida a través de los cuentos de los hermanos Grimm y los relatos de Disney, lo cual hace que haya un conocimiento previo y una cercanía entre lo que ocurre en escena y el espectador. Es una pieza para disfrutar solos, acompañados o en familia pero para ver de a partes quizás. Para saborear el ballet en sus distintos actos y aprovechar los intervalos para estirar las piernas como lo haría uno en el teatro habitualmente. Después lo que resta es disfrutar y apreciar toda la producción que está perfectamente acompasada. Las luces, la música y el vestuario son acordes con la trama. Que no queden dudas, aparece la bruja super villana y todo es negro, lúgubre y siniestro. El bien es claro, brillante y armonioso. El mal y el bien se baten a duelo, es obvio. Quizás esa obviedad también colabore a entender la lógica y desarrollo de la historia.

El ballet transcurre en tres actos con momentos bien marcados. En un primer momento se empiezan a presentar algunos personajes y se demuestra lo atléticas que pueden ser las hadas. Acá ya se presenta la villana más super villana que pueda haber, la bruja Carabosse que echa una maldición sobre la indefensa bebé Aurora a la que todo el reino se había acercado a conocer. Por suerte en este mundo existen las hadas y una de ellas se interpone y logra modificar el maleficio hasta que cumpla los dieciséis años. Todo transcurrió bellamente pero pero pero, la niña cumplió los dieciséis y zaz aparece la villana bruja y le hace pisar el palito o mejor dicho, pincharse el dedo y cae en un sueño profundo por nada más ni nada menos que 100 años. Por suerte hay una solución: un príncipe azul. Un príncipe que la salva con un beso y aunque usted  no lo crea, es perfectamente correspondido y se casan y son felices y bailan mazurka.

De más está destacar la ejecución limpia y exacta que tiene el montaje, creando constantemente escenas fantásticas de un mundo que no conocimos. Quizás por eso, a pesar que nuestra cultura no haya vivido el medio evo ni la vida cortesana ni los reyes, todo esto crea y enfatiza la fantasía del ballet. Por suerte, en el vals del segundo acto, que se interpreta con unas guirnaldas de flores, a una de las bailarines se le cae el armado de flores, lo que las devuelve a la humanidad a ellas y a nosotros como espectadores también.

En definitiva, una buena opción para dejar Netflix un rato y abrirle la puerta de nuestras casas ni más ni menos que al Colón.

FICHA TÉCNICA:

Ballet Estable del Teatro Colón en La Bella durmiente del bosque. Dirigido por Paloma Herrera y con coreografía de Mario Galizzi. Con Nadia Muzyca, Juan Pablo Ledo, Ayelén Sánchez, Natalia Pelayo y gran elenco. Bajo la batuta del maestro Emmanuel Siffert, la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires acompaña al Ballet Estable en este clásico de Tchaikovsky.

*Texto publicado primeramente en el Blog de Danza y Comunicación

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